domingo, 17 de junio de 2012

Mi vida era una noche sin luna, oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantes y belleza. Cuando tú te fuiste, el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz.
Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido... sin ti.

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